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Defiende la memoria de esposo

» Laura Elena lleva seis años en busca de la verdad sobre la muerte de su marido; el funcionario bancario apareció muerto en un hotel y la Fiscalía reportó suicidio, pero un juez dictaminó que debía investigarse como crimen

Francisco Véjar fvehar@am.com.mx

Laura Elena Díaz Infante tiene indicios de que la muerte de su marido pudo ser un homicidio y un juez la respaldó, pero la Fiscalía General del Estado se ha negado a reabrir el caso.

Han pasado 6 años desde que Jorge salió de su hogar luego de decir a su esposa que regresaría a la hora de comer y jamás llegó.

Un día después fue encontrado sin vida en el cuarto de un hotel. Hasta el día de hoy su muerte es un misterio.

La Fiscalía General del Estado dictaminó “suicidio” mientras que su viuda, Laura Elena Díaz Infante González, luchó hasta lograr que la compañía de seguros de vida admitiera que se trató de un homicidio.

Con peritajes de especialistas en mano, Laura Elena demandó a la Fiscalía para que reabra el caso y se investigue el asesinato de su esposo, no un suicidio.

Sin embargo, la Fiscalía se niega a reabrir el expediente y ahora ella planea llevar el caso ante el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Jorge González Topete, su esposo, era originario de Irapuato. Al casarse con Laura Elena se mudaron a León.

Cuando murió, era director divisional de un banco privado en esta ciudad. Tenía dos hijas, en ese entonces de 16 y 18 años. Su familia era unida y amorosa.

En noviembre de 2015 sus vidas cambiaron para siempre.

“Mi vida se convirtió en una pesadilla de la noche a la mañana, todo ha cambiado desde ese día que desapareció Jorge”, relató Laura Elena.

El sábado 14 de noviembre, Laura y Jorge regresaron felices de Las Vegas. Recuerda que nunca vio deprimido o con alguna preocupación a su esposo, se veía contento.

Jorge tenía pendientes en el trabajo, pero nada que lo hiciera perder la razón y pensar en la muerte.

El domingo, Jorge fue a jugar golf, después regresó para disfrutar de un partido de fútbol americano; todo transcurría con normalidad.

La salida final

Pero todo cambió el miércoles 18 de noviembre, cuando Jorge salió a un pendiente de trabajo.

“Me dijo: ‘Gorda, ahorita regreso a comer’, faltaban 10 minutos para la 1 de tarde cuando se fue y ya no regresó”, recuerda Laura Elena.

Según las investigaciones, a las 4 de la tarde del mismo miércoles, Jorge llegó a un hotel ubicado frente a las instalaciones de la Feria de León y pidió una habitación.

Mientras tanto, Laura Elena esperaba a su esposo, pasaban las horas, oscureció y empezó su angustia. Horas después acudió a presentar una denuncia por la desaparición de Jorge.

Al día siguiente, el jueves 19 de noviembre, una camarera del hotel entró al cuarto de Jorge y vio que el huésped no estaba dormido, había muerto.

“Eran las 11 de la noche cuando me llamaron y me dijeron que habían encontrado muerto a mi esposo en un hotel”, tristemente recordó Laura Elena.

El cuerpo de Jorge fue llevado al Servicio Médico Forense (Semefo) en donde se le practicó la autopsia para conocer las causas de fallecimiento.

La Fiscalía determinó que se trataba de un suicidio; Jorge presuntamente se había intoxicado con una estopa mojada con thinner y después había ingerido pesticida y veneno para ratas.

Según la autopsia, su muerte ocurrió entre las 12 de la medianoche y las 6:30 de la mañana.

Con la firma de un sobrino de Jorge se otorgó el permiso para la incineración del cuerpo.

Ana Laura sabía que no se trataba de un suicidio y decidió hacer investigaciones y peritajes por su cuenta.

En el proceso tuvo muchas trabas con la Fiscalía así como con la institución bancaria en donde le repetían una y otra vez que Jorge habría cometido un fraude millonario y al verse descubierto, optó por suicidarse.

No obstante, el banco jamás presentó una denuncia en contra de Jorge u otra persona por el supuesto fraude. Esto en lugar de tranquilizarla, le generó más dudas.

Laura Elena tuvo tiempos muy difíciles, y malos momentos.

Transcurrieron tres años hasta que pudo cobrar el seguro de vida de Jorge.

Fue complicado lograrlo dado que en una cláusula del contrato se establece que el seguro no podía cobrarse si el asegurado se suicidaba por envenenamiento.

“Cobré el seguro de vida luego de tres años de pelear por él, porque no me lo querían dar por el motivo de envenenamiento, pero gané”, explicó.

Con ese dinero, Laura Elena comenzó a investigar por su cuenta, pero con trabas de las autoridades guanajuatenses.

Le negaban los videos del hotel y de las cámaras del C4 que le ayudarían a ver con quién estaba su esposo antes de morir.

La Fiscalía no movió un dedo en las investigaciones porque habían declarado caso cerrado por suicidio.

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2021-11-28T08:00:00.0000000Z

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