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Donación de órganos y sociedad

Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba TW: @ectorjaime / FB: //doctorectorjaime Arnold Toynbee

‘Se recordará al siglo XXI, sobre todo, no como la era de conflictos políticos e invenciones técnicas, sino como una edad en que la sociedad humana se atrevió a pensar en la de toda la raza humana como un objetivo práctico’.

Esta semana después de 4 años, 5 meses y 25 días de “estudio y análisis”, con foros incluidos, se sometería a discusión una minuta proveniente del Senado con la finalidad de modificar el sistema de donación de órganos para pasar del modelo actual de consentimiento explícito (quien desee donar un órgano tiene que inscribirse en el registro de donadores) a un modelo de consentimiento tácito (en el que todas las personas mayores de edad serían donadores presuntos, a menos que manifestaran su negativa a serlo).

El dictamen que se retiró del orden del día, había sido aprobado en la Comisión de Salud y metido en la congeladora legislativa por presión del Dr. José Salvador Aburto Morales, titular del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), quien lleva ya muchos años al frente y con pocos avances a la luz de mantener a nuestro país como uno de los que menos donaciones obtienen por millón de habitantes, a pesar de reconocer que ocho de cada diez niños, niñas, adolescentes y adultos enlistados que requieren de un órgano -riñón- mueren sin haber sido trasplantados.

En nuestra última conversación con la Dra. Mara Medeiros Domingo, presidenta de la Sociedad Mexicana de Trasplantes, el Dr. Aburto dejó dos cosas en claro de la posición del Cenatra, que por obvias razones rechazo de manera rotunda, pues la vida de las personas es lo más valioso y nuestro deber es salvar tantas como sea posible, máxime que existe todo para hacerlo en nuestro país, menos los órganos. La primera fue la aseveración que transcribo literal: “Y definitivamente, para qué queremos (sic) más donantes si no tenemos con qué, esa capacidad de respuesta del sistema público, el sistema privado no tiene ningún problema por ir por los órganos, pero yo creo que finalmente, tenemos que analizar el problema de fondo”.

Debo reconocer también que luego matizó un poco su aseveración señalando como un problema serio la falta de recursos.

La segunda, y le creo, pues el Dr. Aburto es un profesional serio y responsable, de lo que he dado testimonio público y privado, refiere que año con año solicita a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público más recursos y año con año le son negados, con la consecuencia de muchas familias enlutadas por algo que era remediable.

Lo que también he dicho, es que se comporta ya como un burócrata más, quizá cansado y frustrado por tanto esfuerzo realizado con tan poca respuesta y apoyo de las autoridades superiores tanto de Salud como de Hacienda. Debe hacer más esfuerzo sin duda, o bien, en un examen de conciencia, solicitar retirarse de dicha responsabilidad y regresar al área clínica donde es muy competente.

Cito un primer ejemplo de su falta de empuje, que no tiene que ver con las dos causales antes señaladas.

Independientemente de si es donación explícita o presunta, todas las personas deben entender qué es la donación de órganos, deben decidir de manera autónoma si quieren o no participar en el sistema de donación y tienen que informar a sus familiares o a otros de su círculo cercano de su decisión, para que ellos sepan si querían o no donar sus órganos después de su muerte. Desde 2019 hasta el 2021 en que se dictaminó, está una minuta nuestra en el Senado que fortalecería estas acciones de educación y promoción. No ha movido un dedo para apoyar a que se haga ley.

Relativo al financiamiento para las y los mexicanos sin seguridad social, el Fonsabi, antes Fondos Catastróficos, tiene autorizado ya el pago de trasplantes de córnea, hígado, corazón, médula ósea y pulmón para adultos y niños; y de riñón solo para niños. Debiera este gobierno pagar el trasplante de riñón de adultos con el Fonsabi, que tiene ahora 30 mil millones, después de haberle saqueado 70 mil millones de enero a junio de este año con oscuros fines.

Mientras tanto a junio de este año, el Cenatra informa que hay personas esperando trasplante de riñón, 17,076; córnea 5,192; hígado 248; corazón 57; hígado-riñón 6; corazónriñón 3; riñón-páncreas 1 y riñón-riñón 1; médula ósea sin cuantificar.

Invito a los legisladores y a la sociedad a que abramos la discusión seria y ampliada de cómo obtener más órganos, para salvar a miles de los que están hoy esperando un trasplante de riñón y no fallezcan irremediablemente en los próximos meses o años sin haber sido trasplantados, pues el máximo histórico fue en 2018 con 1,063 trasplantes. Seguiremos luchando y los invito a que nos acompañen.

LEÓN

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2022-10-01T07:00:00.0000000Z

2022-10-01T07:00:00.0000000Z

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